Por Jesús Alejandro Plata Martínez
Por sus características y la
extensión que presentan, hemos considerado como los mejores exponentes de los
ecosistemas el bosque Tropical caducifolio y el Bosque mesófilo de montaña
Bosque
Tropical Caducifolio
El bosque tropical caducifolio ó Selva
Tropical Caducifolia, como también se le conoce, es un ecosistema que destaca
por su marcada diferencia entre una estación y otra, característica que le
proporciona un aspecto peculiar durante la temporada de lluvias como también
uno completamente distinto cuando se presenta la temporada seca. La temporada
de lluvias tiene una duración de aproximadamente 3 ó 4 meses. Durante este
lapso de tiempo, se puede apreciar que
los arboles permanecen con todo su follaje y es también a su vez la época
predilecta para la reproducción de muchas especies de plantas y de animales.
Contrastando, la época en que se presenta el temporal seco tiene una extensión
de hasta 8 meses, durante la cual, entre un 25%
y un 90% de los arboles pierden
sus hojas, muchos florecen, producen frutos y semillas.
La
vegetación que crece en esta región es muy densa y los arboles tienen alturas promedio
entre los 8 y los 12 metros de altura que pueden alcanzar valores extremos
entre un mínimo de 4 y un máximo de 15 metros. En las zonas más secas es común la presencia de
cactáceas columnares y candelabriformes. Además, muchas especies domesticadas
de plantas, como el maíz y el frijol tienen sus hábitats ancestrales en este
ecosistema.
Los animales y las
plantas que se presentan en este ecosistema están adaptados a lidiar con la
marcada estacionalidad que lo caracteriza y que propicia que algunos recursos
alimenticios sean muy abundantes durante la corta temporada de lluvias y muy
escasos o ausentes durante el resto del año.
Debido a su nulo potencial
agrícola y forestal, las funciones del bosque tropical caducifolio son más bien
ecológicas y paisajísticas: su función es generar múltiples servicios
ambientales como captura de carbono, generación de agua y oxigeno, conservación
de suelos, creación de microclimas y regulación del clima entre muchos otros,
además de tener un gran valor paisajístico y ser de interés para el desarrollo
de actividades eco turísticas.
Las selvas o bosques tropicales
se encuentran en las zonas bajas, en cañadas y fondos de cañones en la Sierra
Gorda; así como en algunas laderas y cañadas en los alrededores de la ciudad de
Querétaro.
Este ecosistema se encuentra
presente en una extensión que aproximadamente ocupa 145,250 hectáreas, de las
cuales 122,445.75 se encuentran mas o menos conservadas y se localizan en los
municipios de Jalpan de Serra, Pinal de Amoles, Landa de Matamoros y
Arroyo Seco. El resto se encuentra combinado con matorral xerófilo y a veces
con encinar (ladera y cañadas).
Bosque mesófilo de montaña
El bosque mesófilo de
montaña o bosque de niebla, como también se le conoce, es un ecosistema que se
caracteriza principalmente por la presencia frecuente o persistente de nubes a
nivel de la vegetación. En este bosque la precipitación es muy frecuente, por
ende la humedad es muy constante y eso causa que este bosque se encuentre
siempre verde. Gracias a sus características de humedad y de temperatura, este
ecosistema presenta una gran biodiversidad y un alto endemismo
El bosque de niebla ó
mesófilo de montaña se encuentra usualmente dentro de un estrecho rango
altitudinal de 300 m, dependiendo de la altura donde se forman las nubes en
altitudes de 800 a 2400 metros sobre el nivel del mar
Además es
un tipo de bosque muy denso, con varios estratos, el estrato arbóreo alcanza
normalmente los 20 metros de altura pero puede inclusive llegar a mas de 60
metros. Muy frecuentemente la comunidad incluye árboles perennifolios y de hoja
decidua. Es común un sotobosque muy desarrollado y las plantas epífitas son muy
abundantes.
En la reserva de la
biosfera Sierra gorda este ecosistema se localiza en las regiones más húmedas,
con precipitación media superior a 1,000 mm, en los municipios de Pinal de
Amoles, Jalpan de Serra y Landa de Matamoros. Su extensión es de 10,000 ha. Las
especies más importantes de esta comunidad son:
Liquidambar styraciflua (somerio o quirámbaro), Dalbergia palo-escrito
(palo escrito), Ulmus mexicana (petatillo), Taxus globosa (granadillo), Tilia
mexicana, Nephelea
Desafortunadamente, es uno de los sistemas más amenazados y
fragmentados: únicamente queda una décima parte de lo había hasta hace 40 años.
Actualmente se realizan diversas investigaciones sobre la biodiversidad de este
ecosistema. También se está haciendo un esfuerzo por determinar qué especies
pueden ser maderables, con el fin de protegerlo al mismo tiempo que se hace una
explotación sustentable del ecosistema
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